Introducción

Históricamente el proceso educativo ha venido sufriendo cambios como consecuencia del desarrollo tecno-científico de los últimos setenta años. Así, se ha pasado de un proceso educativo formal, organizado y sistemático, cuyo interés se ha centrado en validar los estudios de las personas a través de estudiar en instituciones legalizadas por la autoridad educativa.

Pero también se cuenta con opciones no formales, organizadas por algunas instancias educativas aunque están disponibles bajo un esquema no tan sistemático como el anterior. A veces los centros de trabajo apoyan a la sociedad al otorgar capacitación a sus colaboradores bajo estos esquemas no formales. Por otro lado, cada vez son más las opciones que se tienen para aprender de manera informal, por lo que hoy se reconoce que aprendemos muchas cosas sin necesidad de ir a la escuela, aunque este proceso puede ser desorganizado y asistemático lo cual no siempre garantiza el éxito.
En la presente unidad nos centraremos a analizar dos modalidades educativas formales pero que no son consideradas como “escolarizantes”, esto es, dejan de ser tradicionales en términos de que los alumnos no acuden físicamente a una institución educativa todo el tiempo, o en otros caso muy pocas veces, pero cuentan con la sistematización y la debida organización para ser consideradas tan válidas como las presenciales. No referimos en este caso a las modalidades educativas formales llamadas semi-escolarizadas y a distancia.
Enseguida, y a lo largo de siete puntos a tratar se espera que los participantes logren discriminar a la educación formal presencial de la no presencial, así como las diferencias y similitudes existentes entre las opciones semi-escolarizada y a distancia.